lunes, 10 de febrero de 2014

Capitulo 13

Se hicieron las cinco de la tarde y Vicky recién había salido de su trabajo, pero antes de salir pasó por el cambiador y se cambió de ropa, se puso una ropa más cómoda, como de entre casa. Una vez lista salió y fue hacia una avenida para tomarse un taxi e ir a la mansión, una vez que el taxi frenó, subió y le indicó la dirección de donde se dirigía y llamó a Emilio.

*Llamada telefónica*
-Emilio: Vicku, hola preciosa 
-Vicky: Hola Emilio, ¿Cómo estás?
-Emilio: Bien acá preparando la  merienda y ¿Vos corazón?
-Vicky: Bien, te llamaba para avisarte que ya estoy yendo para la mansión.
-Emilio: Ok preciosa, te esperamos
-Vicky: ¿Te esperamos? Emilio ¿Vos le contaste a las chicas que yo iba?
-Emilio: No preciosa no les conté nada, como vos me dijiste que es una sorpresa y una sorpresa va a ser. Quedate tranquila ellas no saben nada, ni se imaginan que vos vas a venir.
-Vicky: Jajaja ok Emilio, pensé que les habías contado. Bueno te aviso cuando esté cerca de la mansión así me abrís el portón.
-Emilio: Ok preciosa, hasta luego.
-Vicky: Adiós.

Celeste por otro lado, se fue a dar una vuelta, más precisamente se fue a un resto – bar a tomarse un rico café y despejarse un poco después de la larga semana que tuvo, quería desconectarse del mundo por un rato, aunque a decir verdad estaba un poco preocupada y entusiasmada, al día siguiente sería su “Cita” con Ezequiel, su amor, su gran amor, ella no es como esas personas que se enamoran fácilmente, a ella le cuesta un poco más, pero él fue la excepción, cuando lo vio sintió una conexión, algo totalmente distinto de cuando se relacionaba con otro hombre, además su forma de ser, el cómo era él fue lo que la cautivo, él es distinto a los demás, tiene algo que lo hace distinto a los demás, y no sabía que ponerse, que era lo que iba a decir, no quería meter la pata, pero lo que ella no sabía era que él también siente lo mismo que ella.
 Marcos una vez que terminó su trabajo, se cambió, cerró el taller, se subió a su moto y se fue a dar una vuelta, más precisamente se fue a una plaza, quería respirar un poco de aire puro, sentarse en el verde césped y que mejor que la plaza de su barrio. Una vez que llegó, vio que había un árbol bastante grande casi en el medio de la misma plaza y se dirigió hacia dicho árbol. Sacó la llave de la moto, se sentó en el pasto y se puso a mirar el cielo. Empezó a pensar lo que era y es su vida, en cómo le estaba yendo, si está bien todo lo que está haciendo, si tiene que seguir con lo que más lo apasiona que son las carreras de motos. Llegó a la conclusión de que por un tiempo lo tenía que dejar, que se tendría que dedicar de lleno al trabajo para poder independizarse del todo, quería tener su propio espacio, su lugar, aunque él tenía todo eso en la casa de sus padres, pero era exactamente eso, “La casa de sus padres”, ya él era mayor de edad y quería tener más privacidad, hacer las cosas sin que nadie le diga nada, poder llevar a sus “Amiguitas” a su casa, y así siguió pensando y pensando, hasta que su celular sonó, lo sacó de su bolsillo y se fijó en el identificador quien era y se sorprendió al ver quién era, si era la mismísima Karen, ella era una ex amiguita, bueno no tan ex porque se ve que ahora estaba necesitando de la compañía de él.
*Mensaje de texto*

Hola bonito, ¿Cómo estás?
De: Karen
Para: Marcos

Hola preciosa, bien y ¿Vos?
De: Marcos
Para: Karen

Bien acá ando, ¿Estas ocupado esta noche?
De: Karen
Para: Marcos

No para mujeres hermosas como vos  nunca estoy ocupado. ¿Dónde y a qué hora?
De: Marcos
Para: Karen

Jajaja vos siempre tan predispuesto a todo, y nos vemos en el bar de siempre, ¿Te acordás en donde nos encontrábamos antes? ¿En ese maravilloso barcito? Bueno ahí, y a las 22 Hs ¿Está bien?
De: Karen
Para: Marcos

Si hermosa me acuerdo de ese barcito, y si ahora nos vemos ahí, no comas nada antes que yo invito la cena. Hasta dentro de un rato preciosa.
De: Marcos
Para: Karen

*Fin de los mensajes de texto*
-Marcos (hablando sólo): Ay  preciosa, cuanto tardaste en llamarme, pero bueno me querés y acá estoy, esta noche no te la vas a olvidar nunca…. Ay Marquitos cuando va a llegar el momento, no mejor dicho cuándo va a llegar esa mujer que me vuele los pajaritos, espero que pronto porque quiero terminar con esta vida, quiero vivir sólo para una persona, que esa mujer me cautive por completo, que me dé hijos, por sobre todas las cosas quiero eso que me dé hijos muchos hijos y que me ame al igual que yo la amaría.

Después de estar unos largos minutos más sentado en el pasto, se levantó, colocó la llave en la moto, le sacó el freno y se dirigió a su casa. Eran las seis de tarde y se tenía que bañar y ponerse buen mozo para su cita de esa noche. 

Esta chica Karen, le mandó esos mensajes de texto por una única razón, vivir su vida al máximo, ella en todo ese tiempo que no lo vio a Marcos se enteró que tiene SIDA, ella quiere estar con él como si fuera un último deseo, y que esto no se confunda, ella se cuidaría en todos los aspectos posibles, no quería contagiarlo a Marcos, era lo que menos quería en este mundo, él significó y significa mucho para ella, con él vivió los mejores meses de su vida, él la llenó por completo, y no le importaba si estuviera con otras mujeres ella,       ella lo ama, y por nada del mundo le reprocharía nada, ella sabía cómo eran las cosas él la buscaba porque quería pasar una buena noche o un buen día junto a ella, con eso ella se conformaba.

Por otro lado en la mansión Bandi

Vicky estaba a unas cuadras de llegar a la mansión y le mando un mensaje de texto a Emilio avisándole que estaba llegando. Le dijo que en cinco minutos estaría en el portón para que le abra así sus hermanas no sabrían que ella llegó, quería darle la sorpresa al máximo, hoy iba a ser esa tarde en la cual las disfrutaría lo más que podía. 
Dicho y hecho cinco minutos después Vicky estaba pagándole al taxista lo que le debía del viaje, y bajó del vehículo con un par de bolsas, les compró algunas cositas a sus hermanas, un presente, ella ahora que ya trabaja le puede dar sus gustos y un regalito para las dos, sabía que se acercaba el cumpleaños número 15 de su hermanita y quería averiguar qué era lo que más deseaba para ver si lo podía comprar o si no podía haría todo lo posible por conseguirlo. 

 Llegó al portón y estaba abierto, Emilio había cumplido (como siempre) con la primera parte del plan, ahora seguía tocar la gran puerta principal y que sus hermanitas vayan abrir.

 Después de dar unos cuantos pasos llegó, y apoyó las bolsas a un costado para que sus hermanitas no las vieran. Tocó el timbre y espero a que le abrieran.

~ Dentro de la mansión Bandi ~

¨ Suena el timbre ¨

-Emilio (ya sabía quién era. Él estaba en la cocina haciendo tiempo y cuando escuchó el timbre llamó a sus niñas): ¡Princesas!
Las niñas lo escucharon y fueron hacia donde estaba él
-Rosario: Si Emilio, ¿Qué pasó?
-Emilio: Princesas ¿Me hacen un favor?
-Soledad: Si Emilio ¿Cuál?
-Emilio: ¿Pueden  ir a abrir la puerta? Es que estoy ocupado y no puedo ¿Si?
-Rosario: Pero Emilio vos nos habías dicho que nosotras no podemos abrir la puerta
-Emilio: Si lose pero esta vez las dejo, pero eso si va a ser un secreto porque si no sus padres se van a enojar conmigo ¿Si? 
-Soledad: Si, si
-Emilio: bueno vayan, pero primero pregunten quien es
-Rosario: Si Emilio, vamos Sol
-Soledad: Vamos

 Y juntas salen de la cocina y se dirigen hacia la puerta principal. Y Rosario pregunta 
-Rosario: ¿Quién es?
-Vicky: Soy yo

 Rosario y Soledad se miraron, y se sonrieron, ¿Era verdad lo que estaba pasando? ¿Era verdad que Vicky haya ido a visitarlas o era un simple alucinación por el deseo que tenían de verla?  No lo pensaron más y se abalanzaron hacia la puerta, una vez que Rosario la abrió las dos la miraron a Vicky, la primera en reaccionar fue Soledad que se colgó del cuello de su hermana, y después de un par de segundos Rosario se sumó también al abrazo, Emilio las miraba emocionado desde el living, ya tenía la mesita preparada, tenía del todo desde galletitas hasta porciones de la torta de chocolate que había hecho.
 Después de ese enorme abrazo las tres se separaron, y sus caras, sus miradas reflejaban lo feliz que son al lado de su hermana mayor, lo  feliz que las pone verla ahí de vuelta en la mansión. Vicky tenía los ojos un poco cristalizados debido al cálido abrazo que le brindaron sus hermanitas, eso era lo que ella más deseaba en el mundo, verlas con una sonrisa en su rostro, que sus ojitos muestren esa felicidad que tienen. Vicky le dio un beso a las dos en el cachete y se alejó un poquito de ellas y le dijo
-Vicky (agarrando dos bosas con cada una un moño rosa y otro verde clarito): Miren lo que traje para ustedes mis reinas.
-Soledad: aaaah regalos (gritó de emoción)
-Vicky: Si regalos para ustedes dos hermosas
-Rosario: Gracias Vicky
-Vicky: No me agradezcan nada hermosas, bueno vayamos adentro así les doy sus regalos.
-Rosario: Si vamos, pasa
 Las tres entraron y se dirigieron al living, y se sentaron en el sillón las tres juntas, Vicky en el medio y a sus costados Rosario y Soledad
-Vicky: Haber haber, este regalito que tiene el moño verde es para vos Ro, tomá
 Se lo entrega y le da un abrazo fuerte y un beso apretado en el cachete
-Rosario: Gracias Vicky

 Lo empieza a abrir y de adentro de la bolsa saca un hermoso vestido de color celeste, era un vestido soñado, hermosisimo. Ese vestido era al cuerpo, o sea resaltaba la silueta de ella, marcaba cada curva de su cuerpo, tipo straples, y no era ni tan corto ni tan largo, era a medio muslo. Y en la misma bolsa había una caja, Rosario la sacó, la abrió y en su rostro se formó una linda sonrisa, dentro de esa caja había unos también preciosos zapatos, eran negros brillosos, con taco tipo aguja de unos 5 centímetros (no quería traerle otros muy altos porque sabía que le iban a cansar, aparte ella no está muy acostumbrada a ese tipo de calzado) rápidamente dejó las cosas a un costado del sillón, abrazó a su hermana tirándose las dos hacia atrás. Rosario le susurró un cálido y emotivo ¡Te Amo Vicky Gracias!, y Vicky a eso respondió con un “No me agradezcas nada preciosa, sólo te quiero ver feliz”. Terminaron ese hermoso abrazo y  Rosario se secó algunas lágrimas de emoción que inevitablemente salieron de sus ojos color café,  las dos se acomodaron mejor en el sillón y Vicky agarró la otra bolsa que estaba apoyada en el suelo y dijo
-Vicky: Bueno ahora llegó el turno de la princesita menor, haber tome señorita abra su regalito

Soledad agarró la bolsa y la abrió. Cuando sacó lo que contenía esa bolsa una amplia sonrisa se formó en su rostro, era un pequeño caballete con un cuadro en blanco, varios pomos de pintura, y algunos pinceles. Vicky dio en el punto justo, la pequeña niña era toda una artista, le fascinaba pintar, y bueno le quería dar el gusto y le compró eso. Ella sabía que no tenía todas esas cositas porque ni Elena ni Octavio sabían que su pequeña le encanta pintar cuadros, ella hace un par de años atrás (cuando estaba en pre-escolar) y su maestra decía bueno ahora vamos a pintar, ella se emocionaba mucho. Ellos no usaban pinceles, la maestra le daba un recorte de tela, y en algunos platos de plástico ponía un poco de pintura, todos colores llamativos, colores vivos, y ellos con sus manitos la apoyaban en las pinturas y después las ponían en la tela blanca, y así quedaban marcadas sus manitos. Un día haciendo eso, cuando llegó a la mansión se lo regaló a Vicky, ella todavía lo conservaba, incluso estaba bien guardado entre sus cosas. Después en primaria tenía como taller “Plástica” y ahí la maestra les empezó a enseñar varias técnicas, además de enseñarles cómo usar el pincel, obvio que ellos lo hacían jugando, cuando sean más grandes van a saber cómo aplicar bien las técnicas. Y ahora ya no tenía más ese taller, ella quería seguir pero sus padres al no prestarle mucha atención no la mandaron a las clases de pintura que ella quería. 

Soledad al ver el regalo se tiró arriba de su hermana, dándole muchos besos en los cachetes, las dos se tiraron en el sillón fundidas en un hermoso abrazo, ambas reían. Entre tantos besos que Soledad le daba a su hermana le decía que la quería mucho y gracias.

Después de ese emotivo momento las dos se reincorporaron y apareció Emilio con una bandeja de chocolatada para las tres.


... continuará ...

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